13.2.07

¿Qué es la coquetería?


Podría decirse que es un comportamiento que pretende poner en conocimiento de otra persona que un acercamiento sexual es posible, de tal modo que esta posibilidad no aparezca nunca como una seguridad. Dicho de otro modo: la coquetería es una promesa de coito sin garantía.

(Milan Kundera. La insoportable levedad del ser)
PD: Sí son rosa, vaya a saber uno por qué.

8.2.07

Jamsa


La jamsa (en árabe , خمسة; «cinco») es un símbolo en forma de mano que se utiliza tradicionalmente en el Mundo Árabe como talismán para protegerse de la desgracia en general y del mal de ojo en particular. Aunque tanto musulmanes como júdíos establecen un vínculo entre el significado del símbolo y sus propias creencias, lo cierto es que es ajeno a ambas religiones, estando su uso documentado desde la Antigüedad . El nombre puede encontrarse transcrito también como khamsa y, en transcripciones del hebreo, como hamsa o chamsa.

En algunos países recibe el nombre de mano de Fátima, en alusión a Fátima az-Zahra, hija de Mahoma, y a veces ojo de Fátima, debido a que algunas versiones del símbolo incluyen un ojo. Los judíos, por su parte, con frecuencia lo llaman mano de Miriam (hermana de Moisés y Aarón) o mano cinco. La forma más extendida del símbolo es la de una mano simétrica: el dedo corazón en el centro, a sus lados el anular y el índice, un poco más cortos que el corazón e iguales entre sí, y en los extremos dos pulgares, también del mismo tamaño y algo curvados hacia afuera. A veces contiene otros símbolos, como inscripciones de carácter religioso, estrellas de David , ojos y otros elementos destinados a aumentar su poder. Típicamente aparece en forma de amuleto (pendientes, colgantes, etc.), en las puertas de las casas (a veces como aldabón), en coches y otros lugares.

Los musulmanes a menudo establecen una relación entre los cinco dedos de la mano y los cinco pilares del Islam (fe, caridad, ayuno, oración y peregrinación) , mientras que los judíos hacen lo propio con los cinco libros de la Torá. El símbolo, sin embargo, no tiene relación alguna con el Islam. De hecho, una interpretación rigorista desaconsejaría su, a pesar de todo, extendido uso, ya que el Corán prohíbe los amuletos y la superstición en general. La jamsa la usaban ya los púnicos, quienes la asociaban con la diosa Tanit, y es probable que sea aún más antigua.

Algunas organizaciones que trabajan por la paz en Oriente Medio han adoptado la jamsa como símbolo de las similaridades culturales existentes entre musulmanes y judíos.

Prólogo de un dilema


Ayer en reunión de hornallas se me disparó este dilema en la cabeza. Siempre quise ser un viajero pero para serlo realmente hay ciertos requisitos que hasta ahora no cumplo: tiempo indeterminado de viaje y la decisión de salir sin rumbo hacia donde el viento me lleve. Lo que no cabe duda es que al menos tengo el espíritu y las ganas siempre despiertas a aprovechar la oportunidad y salir hacia la aventura.

Tampoco me considero un turista. Creo que ser turista o viajero es una cuestión de ideología, de la forma en que uno se toma la vida y los viajes en particular. Y yo estoy enamorada de la idea de cazar la mochila y salir a descubir culturas, experiencias, personas, historias, dejando siempre abiertos los sentidos a ver que hay a la vuelta de esa esquina. Es que cuando uno es viajero, se relaja, se sensibiliza, trata de llenar el espíritu con lo que está viviendo. Esa sensación de armonia con el entorno, en la que uno se siente completamente parte de no sé muy bien qué, es la que justifica el trayecto. Otro rasgo de ser viajero es no viajar en grupos, porque los viajeros necesitamos vivir cada lugar en los tiempos que sentimos que el lugar se merece y la vara que mide eso es absolutamente subjetiva e inentendible al juicio ajeno. pero lo que nos pasa a nosotros, los pobres esclavos de la vida cotidiana y del trabajo, es que los tiempos que desearíamos tener para viajar no los tenemos y tenemos que conformarnos con lo que se puede... y es tan extenso y rebosante de cosas maravillosas un país para recorrerlo sólo en tres semanas...

Por eso creo que estoy en el medio entre ese viajero sin rumbo y el turista de pack 15 países en 4 días. Tengo la voracidad del turista por verlo todo en poco tiempo, de no perderme los imperdibles, pero también quiero ver "eso otro" y caminar donde el camino me lleve, encontrarme en lugares impensados y equilibrame con mi yo interior que no deja de agradecerme el momento.

Viajando uno crece, se enaltece, se vuelve más solidario y respetuoso; porque descubre fehacientemente que las realidades son diversas, que las visiones infinitas, que al final de cuentas todo el mundo tiene razón, que nadie es mejor que nadie.

Y cuando tomás conciencia, como viajero varado, te volvés a colgar pensando en "¡qué grande es el mundo!", cuántos lugares te faltan conocer, lo rápido que se pasan los años... y entonces empezas a calcular "si hago 2 países por año... mmm ... deberían ser tres..." y decis "la puta! ya tengo 30, qué rápido se pasa" Pero la realidad es que lo que sobran son las ganas de viajar y lo que nunca alcanza es la plata. Pero igualmente uno se las rebusca, porque viajar no es una cuestion de dinero sino de prioridades.

6.2.07

Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre


ROMA.- La inmadurez suele ser uno de los principales motivos de nulidad matrimonial. Pero no es el único. Los tribunales eclesiásticos admitieron recientemente casos insólitos, como el de una esposa fumadora empedernida, un marido muy dependiente de la madre y un cónyuge obsesivamente celoso o que optó por dar el sí en la iglesia porque así le regalaban un viaje.

Entre los casos está el de un matrimonio que quedó disuelto porque el marido era demasiado mammone , es decir, tenía una dependencia de la madre tan fuerte que le impedía autonomía, autodeterminación y capacidad de tomar decisiones solo.

Otro, en cambio, terminó anulado, al menos en primera instancia, porque ella, que fumaba como un escuerzo y antes de casarse le había prometido a él, defensor de la vida sana, que iba a dejar su vicio, tras las nupcias no sólo no dejó de fumar, sino que pasó de un paquete y medio de cigarrillos por día a dos .

También fue motivo de disolución del vínculo el hecho de que una esposa, que de novia era muy seductora y estaba siempre arreglada, después de tener a su primer bebe cambió abruptamente. De los zapatos con taco aguja pasó a deambular en bata y despeinada por la casa, a tener argumentos de conversación poco interesantes y noches poco lujuriosas. "Es como si me hubiera casado con una extraña", adujo el marido al presentar su solicitud de nulidad, dando rienda suelta a quejas más que comunes a la mayoría de los maridos de todo el mundo. El tribunal eclesiástico accedió al pedido y decretó la nulidad por "repentino y sustancial cambio de carácter" o "engaño".

Un caso parecido fue el de una pareja que contrajo nupcias siendo ella una licenciada universitaria con trabajo, mientras él estaba desempleado, metido de lleno en el último año de sus estudios superiores. Ella sugirió que era mejor postergar la boda hasta que él consiguiera título y empleo. Pero el novio, muerto de miedo de perderla, la convenció de que terminaría la carrera en un mes, por lo que se casaron. El marido, luego, dejó la universidad, fingió haberse recibido -hasta dio una fiesta para celebrarlo- y le hizo creer que había obtenido un trabajo, gastándose los ahorros para que su mujer creyera que ganaba un sueldo. Cuando la esposa se desayunó con la verdad, sintiéndose engañada, acudió al tribunal eclesiástico y obtuvo la nulidad.
Lo mismo ocurrió con una mujer que ya no aguantaba los celos obsesivos de su marido, que le hacía escenas terribles cuando ella tenía un botón de la camisa desabrochado o la pollera demasiado corta. "Su obsesión me está destruyendo", lamentó la esposa. Tras peritajes psicológicos, los jueces declararon a su marido "esquizoide" y advirtieron que el lazo matrimonial nunca había existido debido al "disturbio psíquico" del marido.

En otro caso, una pareja de obreros de la región del Veneto se casó porque el abuelo de la esposa, muy religioso, sufría porque ellos convivían, y entonces les había prometido: "Si se casan por iglesia, les regalo un mes de vacaciones en Estados Unidos". Tras la fantástica luna de miel, y, más tarde, el naufragio del matrimonio, ellos obtuvieron la nulidad por inmadurez, uno de los principales motivos de anulación por parte de los tribunales eclesiásticos.
Por Elisabetta Piqué Corresponsal en Italia